E. Quinta, la plaga sobre todo el
ganado de Egipto.
1. La plaga del
ganado en todo Egipto.
a. 9:1 Luego, Jehová dijo
a Moisés: Ve hablar con Faraón, dile: Jehová, Dios de los hebreos, te dice:
Deja ir a mi pueblo, para que me sirva.
b. 9:2 Porque si no lo quieres dejar ir, y todavía lo retienes
en tu tierra.
c. 9:3 Enseguida la mano de Jehová estará sobre tus ganados, que
están en el campo, caballos, asnos, camellos, vacas y ovejas, y les caerá una
gravísima plaga.
d. 9:4 Jehová hará separación entre los ganados de Israel y los
de Egipto, de modo que ninguno muera de todo el ganado de los hijos de Israel.
e. 9:5 Jehová fijó plazo, diciendo: Mañana hará Jehová todo esto
en la tierra.
2. El ganado de Egipto murió y aun
Faraón no los deja ir.
a. 9:6 Al día siguiente, Jehová hizo como indicó, y murió todo
el ganado de Egipto; pero del ganado de los hijos de Israel no murió ni uno.
b. 9:7 Faraón mandó a ver, y del ganado de los hijos de Israel
no había muerto uno. Pero el corazón de Faraón se endureció, y no dejó ir al
pueblo.
F. Sexta plaga, sarpullido con
úlcera.
1. Jehová trajo sarpullido de la
ceniza de un horno.
a. 9:8 Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Agarra puñados de ceniza
de un horno. Y la esparcirá Moisés hacia el cielo delante de Faraón.
b. 9:9 Vendrá a ser polvo sobre toda la tierra de Egipto.
Producirá sarpullido, con úlceras en los hombres y en las bestias, por todo el
país de Egipto.
c. 9:10 Tomaron ceniza del horno, se pusieron delante de Faraón,
y la esparció Moisés hacia el cielo. Hubo sarpullido y se produjeron úlceras
tanto en los hombres, como en las bestias.
d. 9:11 Los hechiceros no podían estar delante de Moisés a causa
del sarpullido, porque hubo sarpullido en los hechiceros y en todos los
egipcios.
e. 9:12 Pero Jehová
endureció el corazón de Faraón, y no los oyó, como Jehová le había dicho a
Moisés. Rom 9:17.
2. Jehová ha puesto a Faraón, para
mostrar su poder.
a. 9:13 Jehová dijo a Moisés: Levántate en la mañana, y ve
delante de Faraón. Dile, Jehová, Dios de los hebreos, te dice: Deja ir a mi
pueblo, para que me sirva.
b. 9:14 Porque esta vez, mi castigo, tocaré tu corazón, a los de
tus siervos y a tu pueblo, para que entiendas, que no hay otro como yo en toda
la tierra.
c. 9:15 Porque yo extenderé mi mano para herirte a ti y a tu
pueblo, castigándoles. Y te quitaré de la tierra.
d. 9:16 Si hasta ahora no lo he hecho, es para mostrar en ti mi
poder, y para que mi nombre sea anunciado en toda la tierra. Rom 9:17.
e. 9:17 ¿Pero porque todavía te enalteces contra mi pueblo, para
no dejarlos ir?
G. Séptima plaga, lluvia de granizo.
1. Jehová hizo llover granizo.
a. 9:18 Mañana es seguro que, a estas horas, Yo haré llover
granizo muy pesado, como nunca hubo en Egipto, desde el día que se fundó hasta
ahora.
b. 9:19 Manda a recoger tu ganado, todo lo que tienes en el
campo. Porque todo hombre o animal que se halle en el campo, y no sea recogido
en casa, morirá, cuando el granizo caiga sobre él.
c. 9:20 De los siervos de Faraón, el que tuvo temor de la
palabra de Jehová, resguardó sus criados y su ganado en su casa.
d. 9:21 Pero el que no puso en su corazón la palabra de Jehová,
dejó sus criados y sus ganados en el campo.
e. 9:22 Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano hacia el cielo,
para que caiga granizo en toda la tierra de Egipto, sobre los hombres, sobre
las bestias, y sobre toda la hierba del campo en el país de Egipto.
f. 9:23 Moisés extendió su vara hacia el cielo, Jehová hizo
tronar y granizar. Y el fuego se descargó sobre la tierra. Jehová hizo llover
granizo sobre la tierra de Egipto.
g. 9:24 Hubo, granizo, y fuego mezclado con el granizo, tan
grande, cuál nunca hubo en toda la tierra de Egipto, desde que fue habitada.
h. 9:25 Aquel granizo hirió a toda la tierra de Egipto. Todo lo
que estaba en el campo, así hombres como bestias; asimismo destrozó el granizo
toda la hierba del campo, y desgajó todos los árboles del país.
i. 9:26 Solamente en la tierra de Gosén, donde estaban los hijos
de Israel, no hubo granizo.
2. El Faraón reconoce, que Jehová
es Justo.
a. 9:27 Faraón envió a llamar a Moisés y a Aarón. Diciéndoles:
He pecado esta vez. Jehová es justo, yo y mi pueblo somos impíos.
b. 9:28 Ora a Jehová para que se detengan los truenos y el
granizo. Y yo los dejaré ir, no los detendré más.
c. 9:29 Le respondió Moisés: Tan pronto salga yo de la ciudad,
extenderé mis manos a Jehová. Y los truenos cesarán, no habrá más granizo. Para
que sepas, que de Jehová es la tierra.
d. 9:30 Pero yo sé que ni tú, ni tus siervos, todavía, vendrán a
la presencia de Jehová Dios.
e. 9:31 El lino, y la cebada fueron destrozados, porque la
cebada estaba ya espigada. Y el lino saliendo en la caña.
f. 9:32 Más el trigo y el centeno no fueron destrozados, porque
la cosecha era tardía.
g. 9:33 Salió Moisés de la presencia de Faraón, fuera de la
ciudad, extendió sus manos a Jehová, cesaron los truenos, el granizo, y la
lluvia no cayó más sobre la tierra.
3. El Faraón y sus siervos
endurecen más su corazón.
a. 9:34 Viendo Faraón que la lluvia había cesado, el granizo, y
los truenos. Se obstinó en pecar, endureciendo su corazón, él y sus siervos.
b. 9:35 El corazón de Faraón se endureció, no dejó ir a los
hijos de Israel, como Jehová lo había dicho por medio de Moisés.
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